By SF23 Arquitectos Segovia
El edificio estaba pensado como ampliación del Museo Esteban Vicente, pero llegó la crisis...Parte importante de la Historia de España, entre otras cosas, es donde paso su infancia Isabel La Católica.
Obras de Consolidación Palacio Enrique IV- Segovia |
Estado anterior a la rehabilitación |
EL PALACIO DE ENRIQUE IV DE SEGOVIA
En la sesión celebrada por esta Real Academia el día 8 de marzo de 1976 fue
leído y aprobado por la Comisión Central de Monumentos el siguiente informe del
Excelentísimo Sr. Marqués de Lozoya, Director de esta Corporación, relativo a su
propuesta de declaración de Monumento nacional a favor del palacio de Enrique ÏV,
llamado «palacio de San Martín», de Segovia.
Entre los edificios que hacen de la ciudad de Segovia uno de los conjuntos urbanísticos
más importantes de España, ninguno tan rico en recuerdos históricos, fuera
del Alcázar, como el palacio de Enrique IV, llamado «palacio de San Martín» por
su proximidad a esta parroquia. Es notable el que en alguna de estas ciudades castellanas
los reyes tuviesen varias residencias: tres en Medina del Campo, dos en
Avila y tres en Segovia: el Alcázar, el que es hoy convento de San Antonio el Real
y este «de San Martín».
Sin duda por el frío glacial que invade en invierno las enormes estancias del
Alcázar, orientadas al norte, el rey Enrique IV, cuya estancia predilecta era la ciudad
de Segovia que en señorío le había concedido cuando era Príncipe su padre Juan II,
el rey desventurado decidió instalarse en un edificio más habitable en el corazón de la
ciudad. Según documento aducido por Don Antonio Capmany adquirió para ello las
casas de Ruy Díaz de Mendoza, pero introdujo en ellas grandes reformas sin duda
por la cuadrilla morisca de Xadel Alcalde que por entonces trabajaba en el Alcázar.
El «palacio de San Martín» comprendía la amplia manzana situada entre las
plazas de «las arquetas de la reina», de «Los Espejos», de «San Martín» y del Doctor
Laguna y la calle de Arias Dávila. Por las referencias de los cronistas y por un
dibujo de José María Aznar (pintor escenógrafo que, nombrado en 1837 director
de la Escuela de Bellas Artes de Segovia, nos dejó una colección inestimable de
dibujos de la ciudad) el palacio debió de estar contenido en un recinto almenado,
con una ancha y fuerte torre al poniente, dentro del cual habría dos conjuntos en
torno de sendos patios: el «palacio del Rey» a poniente-mediodía, con entrada a la
plaza de San Martín, y el «palacio de la Reina» al naciente, con entrada por la
plaza de las «arquetas de la Reina». Del exterior, a causa del destino posterior del
edificio, apenas se conserva nada: el muro del poniente de la ancha torre, con bellos
ventanales —restaurado recientemente con acierto—, y una parte del muro de mediodía,
hoy en el interior de la «capilla de los Viejos», también con un bello ventanal
gótico. El interés artístico del edificio está en el interior.
En estancias que aún se conservan transcurrieron algunos de los sucesos más
importantes del trágico reinado. En estas estancias pasó su primera juventud y formó
su carácter la infanta que había de ser reina con el nombre glorioso de Isabel la
Católica y a ellas se retiró cuando a raíz de su proclamación en Segovia el 13 de
diciembre de 1474 cuando, según el cronista Diego de Colmenares, consagró «tanto
cuidado a los negocios que muchas noches pasaba despachando hasta el amanecer».
Después de la muerte de la gran Reina sus herederos vendieron el palacio, por su
contextura, de fácil reparto, entre diversas familias nobles: los Porras, los Avendaño
y los Mercado-Peñalosa. En la parte del mediodía se estableció un asilo de ancianos:
el «Hospital de Viejos», al cual se agregó una bella capilla gótico-mudejar.
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