Hace 23 días, cuando volvíamos a casa, mentalizándonos de la
situación, recuerdo una imagen dantesca, el parque infantil por el que pasamos estaba
acordonado, ¿Era necesario? ¿Esa es la imagen que tienen que guardar estos
niños del mundo exterior? No recuerdo ver bares acordonados, ni la placita en
la que se reúne un buen grupo de ancianos cada tarde, sin embargo, la imagen
del parque infantil acordonado parecía ser una advertencia criminalizante hacia
los niños.
Los moralismos que han podido leerse en las redes en este
tiempo aburren, todos éramos, somos o seremos muy buenos, o muy malos, antes,
ahora o después de esto, o algunos, incluso, mejores, y los demás pues peores.
Muy aburrido todo, pero la verdad es que esta situación se prolongará tanto
como nuestro enemigo siga en la calle, y mientras el enemigo siga en la calle,
ese horrible sonido seguirá entrando por la ventana.
Primera ilustración de Alicia agrandando dentro de la cada, por John Tenniel en 1965 |
¡¿Por qué mientras que ese horrible sonido entra por mi
ventana veo a las mismas personas pasar a por pan a diario?! ¡¿Por qué veo a
ese anciano salir y entrar a diario con manos vacías?! ¡¿Por qué hay quien tiene
escusas para salir de la única zona de seguridad que hay, el hogar, a diario?!¡¿Por
qué me encuentro en el súper a un par de dos que entran y salen sin haber
comprado nada?!¡¿Por qué el que pasea al perro, no sé cuántas veces al día que
ya ni orina, aprovecha para llamar a voces a Pepe o a Juan, el del 2º del
bloque de enfrente, o el del 3º de este bloque, y ponerse de charleta?!¡¿Dónde va
el octogenario del bloque de la esquina paseando una bolsa de supermercado si
el más cercano abierto, hoy domingo, está a cerca de un km?!¡¿Por qué mientras que
esos gritos de ilusión han sido sacrificados, y así permanecerán hasta que esto
acabe, hay quien alimenta al enemigo?!
Cuando mis hijos salgan a la calle, y se rompa el sonido del
silencio, correrán cortando el paso, o se pararán en seco, chillarán a
cualquier hora del día, tocarán los cristales de los locales con las manos
sucias, tocarán todo con las manos sucias (si es que esto no los deja
maniáticos de la higiene), entrarán en cualquier tipo de establecimiento como
niños, incomodarán a otros comensales en restaurantes, se pondrán de pie en la
silla, tocarán la ropa de las tiendas cuando vayamos de compras, se esconderán
entre la ropa, salpicarán en la piscina a diestro y siniestro, escucharán
conversaciones ajenas, y muchas otras cosas que ojalá ocurran, y mientras no
pongan en peligro su integridad o la de los demás, tendrán plena libertad para
hacerlo.
Ellos no saldrán de su guarida de 60m2 en el tiempo que
corresponda, han respetado más que los adultos esta situación, han salvado
vidas, así que serán dignos de salir de aquí como niños, y lo que dure su
infancia seguirán siendo respetados como niños, y harán las cosas que solo los
niños saben hacer, molestando mucho, pero nadie los mirará mal, porque ellos
han visto desde su ventana sin reproches como otros alimentan al enemigo, pero cuando
salgan a la calle ya lo habrán olvidado, no guardarán rencor, serán felices
siendo niños, ASÍ QUE NO PODREMOS MÁS QUE DISFRUTAR DE SU MOLESTA PRESENCIA.
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