Las nuevas oficinas: claves del mobiliario tras una pandemia

Más de un año después, ya podemos reflexionar con algo más de calma sobre cómo serán las oficinas del futuro (¿o son las del presente?). A comienzos de la pandemia, cuando todo el mundo tele trabajaba, la oficina tradicional parecía tocada y hundida. Hoy, vemos que no es así. Que a lo que se tiende es a recuperar el formato de siempre, una vuelta a la normalidad, eso sí, con más flexibilidad, con algún día trabajando desde casa.

Mobiliar, una empresa líder en el sector de soluciones para espacios de trabajo, reunió a cinco expertos a finales de 2020 y les pidió que avanzasen las tendencias de las oficinas del futuro que ellos pensaban que iban a hacerse realidad. Si queréis ver sus opiniones, tenéis los vídeos en su página web. También lanzó una encuesta entre profesionales del mundo de la arquitectura, del sector inmobiliario o de los recursos humanos, para tener una información más contrastada y que ellos diesen su visión sobre la oficina del futuro. A modo de resumen, se resaltaron las siguientes creencias:

- Las empresas reducirán los metros de sus oficinas e invertirán en un mobiliario flexible, esto es, adaptativo, que pueda adquirir distintas formas y/o cumplir diversas funcionalidades. El mobiliario dispondrá de juegos de ensamblaje que le permitirá adquirir una apariencia distinta según la hora del día, la actividad o la función que vaya a desempeñar el usuario. Y en esa línea, el diseño buscará la simplicidad y el minimalismo.

- Se potenciará el trabajo en remoto y los trabajadores no estarán necesariamente en un puesto fijo cuando acudan a la oficina. Puede que esto incentive a los trabajadores, incluso, a alejarse de zonas urbanas buscando una vida más sana y tranquila.

- En línea con lo anterior, será importante que la oficina fomente el bienestar de sus trabajadores. Potenciará la creación de zonas comunes y de ocio, algo inexistente en muchas oficinas hasta el momento y cuidará la ergonomía (acústica, buenas posturas, etc). Las oficinas dejarán de verse solo como lugares para trabajar. Los trabajadores, después de días operando en remoto, verán en la oficina el espacio donde interactuar con otros, lo cual contribuirá a la cultura de empresa.

- Otro de los aspectos que tocaba el estudio era que estos cambios en las oficinas iban a transformar cómo se iba a medir la productividad y la eficacia. En un país “presencialista” como España, donde se premiaba “calentar la silla”, empieza a ponerse el foco más sobre los resultados y los métodos de trabajo, por encima de la remuneración por horas. Cada vez son más las compañías que adoptan el design thinking o metodologías como Agile, que implica trabajo colaborativo y dinamismo, y a su vez, son formas de trabajar que van a transformar el espacio.

- Habrá un mayor cuidado en las medidas de seguridad. Se prestará, en definitiva, más atención a la ventilación y la distancia entre los puestos, más allá de uso de mamparas o soluciones físicas de separación.

Ya hace unos meses se veía que el “homeoffice”, tan atractivo de inicio, era solo una solución del momento debido a sus muchas carencias. De hecho, solo el 48% de los trabajadores, según la encuesta, pudieron montarse una oficina en casa. Las casas no están preparadas para ser lugares de trabajo: no hay una legislación sobre quién debe asumir el coste de los muebles, de la conexión a internet; muchas empresas necesitan protocolos de seguridad muy exigentes… Todo esto, lleva a pensar en nuevos modelos, en los que la oficina sigue necesitándose pero se ha convertido en algo diferente: Más flexible, más pequeña, más adaptable, más colaborativa, con mayor rotación.

En fin, que el Covid-19 supone un “reset” de muchas cosas que creíamos eternas. Desde la oficina, a los atascos o a trabajar 8 horas. En esta segunda mitad de 2021 comprobaremos si todas estas tendencias terminan por implantarse definitivamente.

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